
Ha quedado demostrado que para llevar adelante un Ayuntamiento como el de Moncada no hacen falta grandes aptitudes. Gracias a una Administración competente que sabe qué, cómo y cuándo hacer las cosas. Sin embargo su función es hacer. Pensar y proponer corresponde a los que gobiernan… pero todavía no se han enterado.
No hay mayoría, pero sí hipocresía.
Y no pretendo echar culpas de nada a nadie, pero en 3 años no han sido capaces de conseguir una mayoría estable. Quienes solo tenían en mente echar al Partido Popular, demostraron justo eso. Que solo tenían en mente echar al PP, pero la legislatura son 4 años en los que hay que proponer, tomar decisiones difíciles, acertar y equivocarse, pedir disculpas y rectificar. Eso es gobernar.
“Hablaremos para aprobar los presupuestos de 2018, no los de 2017” dijo la oposición.
Sin presupuesto para el año actual las inversiones quedan paralizadas. Aunque la Generalitat Valenciana subvenciona en un 70% mejoras tecnológicas en los polígonos industriales (caso real), al no haber presupuesto, Moncada no puede aprovechar estas oportunidades. Es un ejemplo, como puede haber muchos otros. Quizá ni se han planteado seriamente elaborar un presupuesto junto con una mayoría política que permita llevar a cabo inversiones útiles y necesarias. Quizá aquel intento de presupuesto participativo quedó en papel mojado. No contentó a nadie y tras aprobarse en noviembre, con las campanadas en Nochevieja, se esfumó.
Todos los grupos políticos de la oposición tuvieron una postura firme. No vamos a ‘perder el tiempo’ aprobando un presupuesto que caduca en mes y medio. Pero ¿Por qué no se quiso negociar un presupuesto para 2018? La realidad es que a falta de año y poco para las municipales ya no habrá otro. Se dejará correr el tiempo… como si el tiempo por sí solo fuese el antídoto perfecto. Ahora el ejecutivo tiene un problema menos. No tendrán que negociar un presupuesto, pero estarán atados de pies y manos. Estaremos atados de pies y manos.
¿Cuáles son los criterios para asignar locales y subvenciones?
No es buena idea que una asociación juvenil tenga que llevar a cabo su actividad en un parking público, donde solo están separados de los coches por una valla y en ocasiones ni eso. Quizá es hora de replantear las necesidades de cada asociación y valorar qué función realizan para el pueblo. ¿Por qué unas Fallas tienen local público y otras pagan alquiler pero todas perciben la misma subvención? ¿No hay una manera más justa de repartir los recursos? Por lo que parece no. No es menospreciar a nadie, es que todas reciban un trato justo.
Otro caso similar… ¿Por qué las Fallas sí deben hacerse cargo de la música para sus actos, pero las comparsas de Moros y Cristianos no? No cuesta tanto aplicar el sentido común en la gestión. Nos beneficiaría a todos. Estos son solo unos ejemplos de falta de sentido común. Poner solución es una cuestión de voluntad, no económica. Es querer y atreverse a tomar decisiones que mejoren la vida de los vecinos de Moncada. Ya es el momento de hacerlo, porque Moncada necesita sentido común.